Autor: José Luis Fernández Moreno
(Departamento de Filosofía)
Basta que uno tenga unos apuntes medianamente estructurados y actualizados sobre paleoantropología para que, zas!!!!, En toda la boca. La publicación esta semana de un artículo en la revista Science con los resultados de la investigación dirigida por David Lordkipanidze sobre cinco cráneos en el yacimiento de Dmanisi, trastocan de nuevo los esquemas evolutivos que, hasta ahora, se venía aceptando.
El cráneo 5 (D4500) hallado en Dmanisi en 2005 se correspondería con la mandíbula (D2600) encontrada en el 2000, y formarían uno de los restos fósiles mejor conservados de los primeros miembros del género Homo.
El cráneo 5 pertenece a un varón con una altura media entre 1,40 y 1,60 m; con un peso aproximado de 50 kg y que cuando murió debía tener unos 30 años. Su capacidad craneal se estima en 546 centímetros cúbicos. Sus rasgos morfológicos indican que tendría una mandíbula grande, con buenos dientes y poderosos músculos de masticación, con las proporciones típicas del género Homo, piernas largas y brazos más cortos.
The Georgian skull discovery explained (video de la BBC)
La antigüedad que se calcula a estos restos es de 1,8 m.a. y fueron depositados en el lugar en un intervalo de tiempo muy corto. Esto es lo realmente importante, porque lo que este hallazgo muestra es que se tratarían de individuos pertenecientes a una misma especie, con un rango muy amplio de variaciones morfológicas.


Las consecuencias de este descubrimiento han sido calificadas como “una pequeña bomba” en el campo de la paleoantropología, ya que permiten reorganizar el esquema evolutivo hasta ahora aceptado. El esquema evolutivo, más o menos aceptado, era que hace aproximadamente unos 2 m.a. Homo hábilis se desarrolló en África dando lugar a una especie nueva llamada Homo ergaster. H. ergaster sería la primera especie en abandonar el continente africano por la ruta asiática, evolucionando hacia el Homo erectus. Se trataría por tanto de especies distintas pertenecientes a un mismo género. Sin embargo, los nuevos descubrimientos permitirían agrupar a estas especies (habilis, rudolfiensis, ergaster, erectus) dentro de una misma, a la que habría que unir el Homo georgicus encontrado en los yacimientos de Dmanisi.
“Este nuevo cráneo confirma que los fósiles de Dmanisi son lo que parecen: una forma primitiva de Homo erectus, o mejor, de su variante africana más antigua, que algunos llaman Homo ergaster. […] Dicho de otro modo, se trataría de un australopiteco evolucionado, con capacidad craneal mayor, pero con una cara todavía muy proyectada y muelas grandes” apunta Juan Luis Arsuaga en El País. De ser esto así, la expansión del género Homo de África hacia Asia se habría producido en épocas muy tempranas.

Para José María Bermúdez de Castro, investigador y director de las excavaciones de Atapuerca, las conclusiones que se pretenden extraer de estos hallazgos son desorbitadas. Por un lado, las diferencias de capacidad craneal entre los cráneos son importantes. Los cuatro cráneos encontrados tienen una capacidad mayor ( entre 600 y 700 centímetros cúbicos), y un aparato masticador menos desarrollado, probablemente asociado a una dieta distinta. Por otro lado, afirma Bermúdez de Castro, estos trabajos olvidan las diferencias existentes entre los ecosistemas de África y Eurasia durante los dos últimos millones de años, así que pretender unificar en una única especie a todos los registros del género Homo comprendidos entre hace dos millones de años y 100.000 años “es una osadía con una base científica muy dudosa. La variación que se observa en el registro del género Homo en todo este tiempo es considerablemente superior a la que mostramos hoy día las centenares de poblaciones que formamos la especie Homo sapiens”.
Luis Quevedo (editor del blog Paleoantropología hoy) entrevista a María Ponce de Leon, paleoantropóloga del grupo de Dmanisi y coaotora del trabajo publicado en Science. Se trata de una entrevista muy interesante en la que se explican los procesos propios de la excavación y se explican las consecuencias que se derivan de este hallazgo
Según mis conocimientos de secundaria el método científico básico consiste en llevar a cabo los siguientes patrones de forma correcta para emitir una teoría válida: observación, experimentación, emisión de uma hipótesis, búsqueda de una ley y modificación de la teoría.
Presuponiendo que Lordkipondice y compañía tienen nociones científicas y paleoantropológicas más complejas, detalladas y estructuradas que las mías ¿Qué les impide lanzar una nueva teoría evolutiva que revolucione por completo las enseñanzas de profesores y catedráticos y los escritos de tanto libros de texto como de enciclopedias en los años venideros?
Soy consciente de que afloran dudas en la ccomunidad científica como la posible patología presente en el cráneo cinco (el más completo) o el deterioro que hay en el resto de cráneos pero, en mi opinión, han pasado ya unos cinco años desde el descubrimiento y creo que la disposición de herramientas y de conocimientos invertidos (al menos supuestamente) en el hallazgo deben haber supuesto muchos más avances en cuanto a reconstrucciones y dataciones que los que se conocen ahora mismo por medio de blogs o noticias en internet.
Es por ello que vuelvo a reformular mi pregunta: ¿Qué dificultades puede presentar el estudio de estos cráneos a la hora de emitir una teoria revolucionaria?
Saludos!!
Estoy de acuerdo con Bermúdez de Castro,quizás habría que investigarlo un poco más a fondo aunque ya parezca todo tan claro,a veces todo es poco.