Entrada de Manuel Daza. Departamento de Filosofía
Comentario sobre el libro «El viaje a Budapest»
Autor: Daniel Barredo
Premio Andalucía Joven 2011
Después de doce años en distintos antros académicos, dos carreras y un master, seis meses trabajando en un instituto concertado, y también como profesor particular, Daniel Barredo, protagonista de la novela y alter ego del propio autor, decide mandar todo a la mierda y perseguir su sueño; leer y escribir.
Pero, de mes en mes no le queda más remedio que ejercer de poeta y presentarse a premios literarios rurales para pagar la renta de la habitación que comparte en Granada con una amiga. Aunque también está bien mangar en los hipermercados (mucho más digno, hermoso y mucho más humano que pedir limosna en la puerta de un convento) y ligarse y chantajear a cincuentonas de la alta burguesía granadina, que a cambio de un sobeo, le regalaban algún billete, lo que no le convierte en prostituto, sino en un artista subvencionado por el mecenazgo de su joven falo. Se convierte así en un ser autodestructivo que a la vez busca disfrutar de la vida aprovechándose de los demás. Un ser que se muscula en el gimnasio y toma toda clase de anabolizantes para tener un buen aspecto físico con el que seducir a mujeres de toda condición.
Estaba muy cabreado y sólo quería escribir, leer, hacer deporte y tirarse a todo bicho viviente. La palabra esperanza se había desgastado con tanto contrato basura, degradación intelectual, educativa y moral. Se nos han vendido un mundo que no existe; nos han llenado la cabeza de sueños que son irrealizables; nos han dicho que si estudiábamos tendríamos un buen futuro y todo ha sido una gran estafa.
La necesidad arma de valor, vacía los escrúpulos y extirpa la moral. No hay moral posible cuando hay hambre. Hemos de negarnos a ponernos el bozal de los que renuncian, la mordaza de los amargados. Y huir también de la estabilidad: “ese demonio que succiona como una garrapata la sangre de tantos jóvenes talentos”.
Un día Daniel consigue reunir el suficiente dinero, mediante extorsión, para marcharse con un amigo a Budapest. El amigo es músico y va a dar allí un concierto. Será en la ciudad magiar donde cambiará su vida.
El autor escribe sin miramientos ni concesiones, der forma explícita y directa, que podríamos calificar de hiriente y barriobajera, rupturista, contra esa moral dominante e hipócrita, contra la realidad miserable y atomizada de la sociedad capitalista que imposibilita la creación estética y realización personal.
Ya desde la primera página y, como lector, oscilamos entre el escándalo y la admiración en algunas ocasiones por su prosa poética. El mismo autor confiesa en el prefacio que estas páginas representan su suicidio como hombre, ya que después de leerlas ni sus vecinos, ni su familia podrán verlo de la misma manera, sino que girarán la cabeza y lo llamarán “hijo de la gran puta”.
Valiente, diría yo, puesto que describe lo escabroso con una naturalidad pasmosa, como una forma de vida elegida por el protagonista como la única posible para librarse de las servidumbres del capitalismo y de esa visión de España como “una mezcla de chupópteros que viven de méritos dudosos, y de enchufados gracias a la influencia de sus amigos o familiares”. A pesar de todo, Daniel Barredo apuesta por un vitalismo con excesos, sin prejuicios morales ni sexuales, y en donde el vivir se configura como aventura, ya que “cuando vivir es una aventura sólo te importa el aire. Y volar”
Novela calificada como de realismo sucio prostibulario y casi ensayístico, donde el autor conduce al lector hacia una trama de novela negra, que con tintes picarescos conducen a una historia de amor.
“Ya no hay ídolos, ni dioses, ni héroes, sino ríos de tinta que me conducen a océanos de pensamiento, sino Lo Uno y Los Otros, sino un campo sin verjas lleno de trampas para evitar las colonizaciones. Porque el flujo dominante culebrea de cerebro en cerebro e inocula su veneno moral”.
“Bien, hasta aquí hemos llegado. Os regalo esta piel seca para que os hagáis una manta y os abriguéis cuando llegue el invierno y el banco os eche a la calle. A vosotros me refiero, muchachos que pagáis una hipoteca. Generación de conservadores, chicos buenos, chicas trabajadoras, asfixiados por la normalidad y el buen rollo y la hipocresía”
Toda una sarta de justificaciones literarias y de autioengaño, y el punto paranoico donde culpa a la sociedad de sus miserias y rasgos perversos… no encontrar trabajo es en la mayoria de los casos, un problema subjetivo de cada cual, yen este caso se ve, para la mirada psicoanalitica—el complejo paterno y la imposibilidad de superar al padre desde lo mas profundo del lo inconsciente——-le salva en cierto modo la escritura , por que si no , tiene muchas papeletas para quedarse como un vulgar chulo y ladronzuelo ahhh es mas digno pedir que robar–
Comentario del alumno Daniel Rosado Box. 4º C
El viaje a Budapest:
Este libro me ha gustado mucho por su facilidad de lectura .Te hace ver como gente que está preparada (con estudios) no encuentra trabajo y puede hacer ciertas cosas para subsistir, como por ejemplo llegar a prostituirse , robar, extorsionar… Claro está que aunque el protagonista tenia estudios no le gustaba ejercer de profesor en un instituto ,no le gustaban las ataduras de ningún tipo. Un día, un amigo le comenta la idea de hacer un viaje a Budapest y sin pensarlo se embarca en una inolvidable e interminable aventura. Sera allí donde conozca a la que será su compañera sentimental y algo más.
El libro me ha impresionado en sí, pero cabe destacar por mi parte las cosas que más me han llamado la atención: una de ellas o mejor dicho la primera de las que voy a citar es el altruismo de la novia del protagonista hacia el señor Goran, un viejo filosofo vagabundo alcohólico que se quedó sin nada y ella lo acogió en casa. Otra de ellas es el poco amor del padre del protagonista hacia él, que no quería que su hijo llegase a ser más que él en la vida. La tercera y última, que es quizá para mí la más importante, es la facilidad que tuvo Daniel, el protagonista, para olvidarse de sus padres y sus amigos que quedaron perdidos en la lejanía en la que se había convertido España