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Karl Marx. Un fantasma muy vivo


«Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo. Todas las potencias de la vieja Europa se han unido en una Santa Alianza para acorralar a ese fantasma» (Comienzo del Manifiesto Comunista) [Descargar en pdf] Sigue leyendo «Karl Marx. Un fantasma muy vivo»
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El atlas de las nubes. Una película holista


«tú puedes salvarla». Eso es lo que el detective Doug Carlin lee en las letras magnéticas colocadas en la nevera de la escena del crimen. Aunque en un principio no presta atención, la sorpresa y la perplejidad llegan cuando percibe que esa situación ya la ha vivido con anterioridad, y evidentemente él no había estado allí con anterioridad y el crimen no se había producido aún.

Con esta  misma idea previa  da comienzo a la nueva película de los directores Tom Tykwer y los hermanos Andy y Lana Wachowski «El atlas de las nubes«, basada en el libro de David Michel Cloud Atlas. (Hay versión española El atlas de las nubes en la editorial Tropismos).

El fenómeno del déjà vu ya fue utilizado en “Matrix” y en esta película los personajes de las seis historias que se relatan recuerdan haber escuchado un mismo tema musical “El sexteto del Atlas de las nubes”, que para mí es una variación del tema “Memorial” de Michael Nyman.

 

En esta película, el fenómeno del déjà vu permite jugar con la idea de que todas nuestras acciones están conectadas con las acciones que se han realizado en el pasado por otras personas y en otro tiempo, y que tendrán una repercusión en un tiempo futuro. La idea es la misma que ya utilizara el director polaco Krzysztof Kieslowski en su película” La doble vida de Verónica” y que se resume en la frase «Todos estamos conectados». Nuestras acciones, por insignificantes que sean, influyen en las vidas de los demás y de alguna manera tejen un hilo causal que determina las acciones y las vidas de las personas en el futuro. Estamos por tanto ante una concepción holista del mundo que Hegel resumió con su enunciado «lo verdadero es el Todo».

El holismo es una doctrina filosófica y también científica que sostiene que la comprensión de un sistema, sea este social, biológico, técnico, lingüístico, mental o químico, no puede ser comprendido desde el análisis de las partes que lo componen, sino tan sólo considerándolo globalmente y en su totalidad. Desde el punto de vista semántico Quine (Dos dogmas del empirimo) nos dirá que las verdades no pueden ser confirmadas o verificadas una a una, sino mediante bloques de proposiciones.

Wilard Van Orman Quine

Para Hegel «todo lo racional es real» porque «todo lo real es racional». Hay un orden racional que explica y da cuenta de todo cuanto existe, y por lo tanto, es posible encontrar una explicación racional de lo que sucede. Desde una perspectiva conservadora, probablemente la que tuviese Hegel, el mundo en el que vivimos es el mundo que racionalmente es posible. La explicación y comprensión del mundo sólo podrá hacerse al final de los tiempos cuando el Espíritu absoluto (sea esto lo que sea) se haya desplegado completamente,  porque lo «verdadero es el todo» y únicamente al final, y contemplando la totalidad de los hechos podremos comprender y dar una explicación racional de lo que ha sucedido. La conclusión es evidente: no hay más cera que la que arde, y las cosas son como tienen que ser.

Sin embargo, desde la  izquierda hegeliana, en la que se incluyen Engels y Marx, se hace una interpretación totalmente opuesta. Si todo lo racional es real, entonces la utopía es posible, y sí tiene sentido plantearnos un mundo mejor en el que las relaciones sociales sean racionales y no se rijan bajo el principio de la explotación del hombre por el hombre. Si pensamos en un mundo más racional, entonces ese mundo tendrá que acabar siendo real. La revolución está servida. Si nuestros actos presentes son una consecuencia de los actos pasados y tienen poder causal sobre los actos futuros, entonces, cualquier hecho, por simple que sea, puede acabar contribuyendo a una revolución contra una tiranía. Esta es la línea argumental que vamos encontramos en la obra de D. Mitchel y en la película de los Wachoswi. Las vidas pasadas de los personajes van tejiendo líneas que en un tiempo futuro convergerán en un acto común y que dará sentido a todo.

Claro que si todo esto depende de un fenómeno como el déjà vú (lo ya visto) la cosas se complica. El déjà vu  es un fenómeno que sufre un 60% de la población alguna vez en su vida y que consiste en percibir una escena o una situación como si ya la hubiésemos vivido y por lo tanto se procesa como si de un recuerdo se tratase.

La explicación dualista del fenómeno, de la que los Wachowski son tan amigos, nos diría que el alma o la mente, una de las sustancias que componen al ser humano, puede viajar en el espacio/tiempo y de ahí que en un momento dado pueda recordar lo que ha visto en el pasado. Esta idea la encontramos ya en Platón y su concepción de que el conocimiento es “recordar”. Platón, nos dice aquello de que el alma, cuando vivía en el Mundo de las Ideas, al estar en contacto con las Ideas  mismas tenía un conocimiento pleno, y que es al caer al mundo terrenal, en su engolfamiento con la materia, cuando olvida. Conocer será volver a recordar aquello olvidado.

De ser esto así, habría que pensar que el alma se vuelve imbécil, porque si puede viajar en el espacio/tiempo, lo que quiero es que se desplace hasta el jueves que viene, vea el número de la primitiva que vuelva a tiempo para que rellene el boleto correspondiente, y se quede ya quietecita, que ya me dedicaré yo a adquirir el conocimiento.

Desde una explicación fisicalista, y no por ello menos poética, al parecer el fenómeno se produce cuando hay una superposición entre la memoria a corto plazo o la memoria de trabajo y la memoria a largo plazo, de manera que la percepción de una escena se percibe desde la memoria a largo plazo, de ahí la sensación de “estar recordando lago”. También se ha encontrado una relación de este fenómeno en pacientes que sufren trastornos relacionados con la ansiedad o la esquizofrenia. En estos casos se producen epilepsias que afectan al lóbulo temporal. En los casos comunes, lo que se produce es un epilepsia débil, pero en los casos en los que los ataques de epilepsia se producen en el lóbulo temporal y se alteran los circuitos que conectan los lóbulos temporales y frontal, la situación se vuelve más complicada, llegando a producirse una paramnesia, y entonces las personas padecen frecuentemente este estado de continuo recuerdo de la sensación vivida.

Este desorden en la actividad cerebral puede provocar el fenómeno inverso y en este caso las personas no perciben una situación en la que saben positivamente que han estado como un recuerdo. La experiencia les resulta totalmente extraña. Por un lado saben que esa situación ya la conocen, pero no perciben la sensación de familiaridad con la escena recordada. Estos casos llevan a pensar que de alguna manera, como en el síndrome de Capgras, el sistema límbico debe verse involucrado. El área responsable de este fenómeno incluiría el lóbulo temporal y frontal donde procesamos información de los estados de cosas actuales; el hipocampo y el sistema amigdalino, que serían responsables de las sensaciones de familiaridad y de sorpresa cuando se produce el fenómeno de déjà vu.